como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
- Luis García Montero
Aunque tu ya lo sepas,corrí y no miré atrás.
Escapé, al fin, de la caverna.
Rompí de mi cuello la cadena y huí:
del reflejo, de las sombras, de la hoguera.
Me cegaron las dos lunas de Madriz
y entonces vi.
Aunque tu ya lo sepas,
con la luz que tú conoces vivo.
Me brindaste un claro entre secuoyas de cemento.
Allí siempre suena música.
Con ella, y en ti, me encuentro.
Aunque tu ya lo sepas,
es tu silueta la mejor manera de esquivar las rocas.
En cada curva, con cada nota.
Sorteo las pedradas, saludo a mi suerte.
Seguir firme el trazado
de la 'S' de tu nombre.
Aunque tu ya lo sepas
yo nos sigo inventando:
aún no has blindado la puerta,
nos hemos librado de las batallas,
afuera ya no hay guerra.
Escapé de la caverna,
y aunque el Sol esté aún lejos,
amaneces y noto cómo el mundo tiembla,
la manera en la que todo gira
y me mantiene pegado a la Tierra.
Llega la mañana y ambos nos damos cuenta,
aunque tu ya lo sepas,
de que es tu luz y mi sueño lo primero que recuerdo
cuando me despiertas.
Aunque tu ya lo sepas,
un Dieciocho incendiaste con besos
la nieve que cala huesos, mareas, sombras, reflejos
y todas las escaleras
que partían de Febrero.
Aquel día edificaste mi escalera al cielo.
Ya no miento y todo es cierto.
Aunque eso tú
no lo sepas.
Escapé, al fin, de la caverna.
Rompí de mi cuello la cadena y huí:
del reflejo, de las sombras, de la hoguera.
Me cegaron las dos lunas de Madriz
y entonces vi.
Aunque tu ya lo sepas,
con la luz que tú conoces vivo.
Me brindaste un claro entre secuoyas de cemento.
Allí siempre suena música.
Con ella, y en ti, me encuentro.
Aunque tu ya lo sepas,
es tu silueta la mejor manera de esquivar las rocas.
En cada curva, con cada nota.
Sorteo las pedradas, saludo a mi suerte.
Seguir firme el trazado
de la 'S' de tu nombre.
Aunque tu ya lo sepas
yo nos sigo inventando:
aún no has blindado la puerta,
nos hemos librado de las batallas,
afuera ya no hay guerra.
Escapé de la caverna,
y aunque el Sol esté aún lejos,
amaneces y noto cómo el mundo tiembla,
la manera en la que todo gira
y me mantiene pegado a la Tierra.
Llega la mañana y ambos nos damos cuenta,
aunque tu ya lo sepas,
de que es tu luz y mi sueño lo primero que recuerdo
cuando me despiertas.
Aunque tu ya lo sepas,
un Dieciocho incendiaste con besos
la nieve que cala huesos, mareas, sombras, reflejos
y todas las escaleras
que partían de Febrero.
Aquel día edificaste mi escalera al cielo.
Ya no miento y todo es cierto.
Aunque eso tú
no lo sepas.