hombre-peonza

hombre-peonza

Tú, échate para allá

– Tú, echa pa' allá.

Y desde entonces, una sola mirada emponzoñada a sus vaqueros de serpiente bastó para que, cerca de cuatro años después, yo siga envenenado.

Y cada vez me echo más "pa' allá".
Me alejo unos metros cada vez que intento tomar distancia para apenas ver.
Y cada hueco de asfalto que dejo a su lado son metros de abismo que me impiden ver sus lunas llenas.
Las que albergan tantas cosas.
Las que han visto demasiado, y aún con esas, siguen llenando de cuarto creciente la azotea plagada de gatos-duda hambrientos, que ya no quiero acariciar.

Creo que el vértigo radica en el tamaño de los tejados que construimos.
Es tal la distancia entre nuestra ciudad y la del resto, que cualquier paso en falso que cometo es un gran salto para perder mi humanidad.

Y cada vez me alejo más.

Tal y como ella nunca me pidió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

hombre-peonza

hombre-peonza