Bajo de la cama
al quiosco de la esquina,
el que tengo enchufado a la regleta.
Te busco
entre el sumario de la noche anterior
y el índice de ésta mañana.
Y acaricio el recorrido con el mío,
que el corazón sólo lo uso
para decirles que les jodan.
Conozco la maquetación de mi obsesión al dedillo
y enseguida te encuentro.
Ojalá acceder a tu glosario
y conocer tus tecnicismos
fuera tan sencillo.
Y es por eso que mis poemas
hablan casi todos de tí.
O de tí.
O de tí.
O de lo que tengo dentro.
al quiosco de la esquina,
el que tengo enchufado a la regleta.
Te busco
entre el sumario de la noche anterior
y el índice de ésta mañana.
Y acaricio el recorrido con el mío,
que el corazón sólo lo uso
para decirles que les jodan.
Conozco la maquetación de mi obsesión al dedillo
y enseguida te encuentro.
Ojalá acceder a tu glosario
y conocer tus tecnicismos
fuera tan sencillo.
Y es por eso que mis poemas
hablan casi todos de tí.
O de tí.
O de tí.
O de lo que tengo dentro.
Lo que soy y no me pertenece.
Lo que tengo y no me deja ser.
Lo que hay a este lado y al otro
de mis poros.
Porque siempre quemo mis yemas
escribiendo,
de entre todos los temas,
de los que menos entiendo.
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