Tan tan
llaman a la puerta otra vez.
Llave,
¿dónde la he puesto?
Cierto, la tiré la última vez que baje a tirar la basura.
No puedo abrir, tendrás que entrar por el tejado.
Tendrás que llover sobre mojado,
si me quieres ver,
amanecer.
Y fué ayer,
joder,
que bien.
Láteme la tentación
y tantea las paredes de mi habitación,
que hace tiempo que no encuentro
el puto interruptor.
Pasa y quédate.
Venga, alíñame.
Que hasta las alimañas
tengan miedo de la oscuridad.
Amanéceme,
agita mis entrañas
y ven,
a romper las telarañas de mi corazón.
Verás como no escapas.
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