No sé si dejar de tomarme la última
o beberla más deprisa.
Por que siempre corro contra el tiempo
y llego tarde al conocimiento.
Si no acabo por perderlo.
Me pierdo en la caverna.
Entre el trayecto de subida
y el camino de su vida.
(y eso que a Platón no le sonreíste)
Siempre acabo perdido
a mitad de camino.
A caballo
y a bisonte desbocado con mis reflejos.
Con mis sombras proyectadas
por el fuego de su mirada.
Y por más que anhelo la idea del bien,
mi alma no acierta
a alcanzar ninguna de ellas.
Se me queda en la caverna
tomándose la última
junto a mi cabeza.
Tengo que dejar de tomarme la última,
no vaya a ser que te llegue tarde.
Debería dejar de tomarme la última.
Pero de momento
me contento
con llegarte.
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