hombre-peonza

hombre-peonza

Un domingo en mi Habitación Roja.

Puedo escribir los versos más tristes esta tarde.
No acabar de despertarme y terminar
anclado en la última pesadilla
en la que todo seguía siendo nuestro
y lo que resta, del resto.
Pero los domingos no computan
por mucho que rime con vida
orgullosa de su antiguo oficio
el más viejo del mundo.
Un domingo siempre afila
los cantos de esta roja habitación
y yo prefiero guardar mi verso
no empeñarme en empuñar
una pluma que siempre
daña más
que una espada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

hombre-peonza

hombre-peonza